
Dra. Michelle López Luzardo
Pediatra
Nefrólogo pediatra del Servicio de Pediatría del Centro Médico Docente La Trinidad (CMDLT)
Directora del posgrado de Pediatría y tutora de la Residencia Asistencial en Medicina Hospitalaria del CMDLT
Nefrólogo Pediatra Ad Honorem jubilada del Hospital de Niños JM de los Ríos, colaboradora docente del servicio de Nefrología de esa institución
Editora de Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría
En su conferencia magistral, la Dra. Michelle López planteó que el crecimiento pondoestatural en la edad pediátrica está influenciado por una combinación de factores entre los cuales se encuentran los genéticos, nutricionales, hormonales, psicosociales, socioeconómicos y ambientales. A todo esto se suman los problemas de salud materna durante el embarazo, las enfermedades crónicas, las infecciones recurrentes y la inactividad física.
Los efectos de la acidosis metabólica crónica sobre el crecimiento de los niños se deben a sus impactos en varios sistemas y procesos fisiológicos:
Desarrollo óseo: afecta la mineralización ósea y el equilibrio entre la resorción y formación ósea, ya que altera la función de los osteoblastos (células formadoras de hueso) y los osteoclastos (células encargadas de la resorción ósea).
Homeostasis hormonal: interfiere con la producción y liberación de hormona del crecimiento, así como también de otras hormonas involucradas en el crecimiento y el desarrollo, tales como las hormonas tiroideas.
Metabolismo proteico: produce una disminución en la síntesis de proteínas y al aumento de la degradación proteica, lo cual resulta en una pérdida de masa muscular.
Absorción de nutrientes: interfiere en la absorción de nutrientes esenciales, como calcio, fósforo y otros minerales, que son cruciales para el desarrollo óseo y el crecimiento.
Es importante conocer las posibles causas de la acidosis metabólica crónica en niños. Algunas de ellas son: enfermedades renales, tales como las acidosis tubular y la enfermedad renal crónica, trastornos metabólicos hereditarios (acidemia propiónica, metilmalónica y otros trastornos del ciclo de la urea), diabetes tipo 1 no controlada, trastornos gastrointestinales (diarrea crónica o malabsorción) con pérdida excesiva de bicarbonato, y una de las más frecuentes como es el consumo de dietas con un elevado contenido ácido producido por una deficiente ingesta de frutas y hortalizas.
La detección temprana y el tratamiento de la acidosis son esenciales para minimizar sus efectos adversos en el crecimiento y el desarrollo infantil.
